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Accionar una queja
Yolanda Benalba
Curaduría de Fernanda Ramos Mena
“Hicimos temblar el tiempo, abrirlo, estallarlo. Durante todo el día resistimos a hacer otra cosa que no sea organizarnos para estar juntes”.[1]
Accionar una queja es un proyecto de exposición resultado del performance El grito* de Yolanda Benalba y el segundo montaje para esta ventana habitable. El grito constó de tres partes. La primera, Construcción de un espacio para gritar, reunió a un grupo de mujeres y cuerpos sexodisidentes a partir de una convocatoria que les invitaba a compartir sus denuncias a través de la voz. Una manifestación en silencio desde el MUCA Campus a La Rectoría de la UNAM –que en ese momento se encontraba en paro debido a la nula respuesta universitaria frente a las denuncias de violencia de género– y de regreso al museo donde se colgó un estandarte con la palabra Quiritare (gritar), dio inicio a la acción. La segunda parte, el Laboratorio, conformó un espacio temporal seguro que todos los sábados durante dos meses era habitado por lxs quirites (ciudadanxs) para accionar sus exigencias. La tercera parte se transformó, debido a la pandemia, en mantenerse pendientes les unes de les otres, de saberse presentes en la incertidumbre de los primeros meses. Al dibujar un cuerpo común a distancia, se mostraba que los vínculos generados durante la performance rebasaban los tiempos y lugares establecidos para esta.
En este sentido, a dos años de que inició este proyecto, el regreso al archivo nos permite narrar la acción en paralelo a estrategias que acompañan los paros, las manifestaciones y acciones feministas. El grito da cuenta de la escucha como una forma de organización para crear un cuerpo colectivo. A lo largo de un proceso en el que se compartieron y reconocieron traumas y violencias, pero también goces y deseos vividos, se revelaron herramientas para crear una voz múltiple, un aullido que se alza, expande y vibra al unísono. Así, el estar/gritar juntxs es una acción que se debe leer en presente. Se convierte en la potencia de resistir ante el miedo; a su vez, nos permite crear contención para exigir nuestro derecho a llevar vidas dignas; o al llevarnos al límite, nos impulsa a imaginar que es posible derrumbar este mundo y construir otros que abracen nuestras corporalidades y deseos diversos.
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[1] Verónica Gago, La potencia feminista o el deseo de cambiarlo todo, Tinta Limón, Bajo Tierra Ediciones y Pez en el árbol, 2020), 37.
*El grito se presentó por primera vez en la exposición Pedir lo imposible. II Bienal de Artes y Diseño UNAM (2020) en el MUCA Campus.
** Accionar un queja fue presentado como parte de Curaduría de Guerrilla en Oficina Particular, del 19 de mayo al 12 de junio de 2022.
Agradecemos a todes les colaboradores de El grito: Don Anahí, Abigail Maritxu Aranda Márquez, Beatriz Balbir, Burbiculo, Ingrid C. Morgán, Alma García Gil, Galia Goro, Erika Hernández, Manu Huesca, Uriel Palma, Viridiana Manjarez, Santy Mito, irak morales, Cecilia Moya, Man Pizarro, Ilazki de Portuondo, Jan de la Rosa, Sarai Valle e Isabel Yolitzin.
Redes sociales:
Yolanda Benalba: IG: @yolandabenalba /
Fernanda Ramos Mena IG: @nand.ramen
Ciclo de debates con pensadoras, activistas y arquitectas desde epistemologías feministas para desmontar cómo la faloarquitectura niega las necesidades inherentes a la reproducción social. Desarticulando la proyección desde/para un cuerpo ficticio universal, que no cuida y necesita ser cuidado, ni reconoce la interdependencia respecto a las fuerzas vivas.
Organizado por Camila Barreau Daly (Ciudad de Trapo, Chile) + Luisa Fuentes Guaza (Futuridades Maternales, España) + DISIDENTA (México)
Debate 1
14.09.22
¿Podemos desarmar la normalización del metarrelato fálico en las prácticas arquitectónicas actuales, frenando así el abuso patriarcal que ha significado su uso como representación de la acumulación de capital, invisibilizando y constriñendo a los cuerpos que cuidan y cuerpos que necesitan ser cuidados (desprovistos de tal acumulación histórica)?
Suscrito al territorio de “la arquitectura como acumulación de capital, como representación física, tangible y formal, a la vez que simbólica, de la competencia masculina por erigir su poderío, ello simbolizado en el falo”.
Moderadora
Camila Barreau Daly (Ciudad de Trapo, arquitecta feminista, Santiago de Chile, Chile)
Invitadxs
Sofía Valenzuela Fuentes (Arquitecta feminista y activista en Mamá Urbana, Guadalajara, México)
Tania Osorio (Arquitecta + Doctoranda Center for Race and Gender, University of California, Berkeley, USA)
Paulina Varas (Investigadora feminista en prácticas artísticas + académica Universidad Andrés Bello, Valparaíso, Chile)
Luisa Fuentes Guaza (Investigadora independiente Futuridades Maternales + doctoranda UAM, Madrid, España)
Planteamiento
La práctica arquitectónica hegemónica está regida por la normalización de las estructuras fálicas como parte de toda la trama patriarcal o macho-lío-patriarcal que articula el maltrato de la modernidad sobre los cuerpos mujeres, cuerpos reproductivos y cuerpos que cuidan de otros cuerpos. Dicha práctica representa la acumulación de falo-capital como horizonte deseable. Negando la dependencia, inexorable, del blanco-pater-sistema respecto a los cuerpos que cuidan y cuerpos que necesitan ser cuidados frente a unas tramas urbanas que representan sus derivas neuróticas de acumulación muy lejos de negociar con la escala de lo vivo, y con las necesidades de los cuerpos que cuidan o necesitan ser cuidados.
Aquí identificamos la huella, que todavía persigue a pesar de los esfuerzos de los feminismos por desmontarla, del psico-constructo “envidia del pene” que ha regido, históricamente, las falo-lecturas de la psique, donde se narra que los cuerpos que no tienen falo transitan desde una desventaja irrefutable frente a los cuerpos que sí lo tiene -acontecimiento que determina, según estas falo-lecturas de la psique, psicopatologías futuras- y aunque éste psico-consenso esté desarticulado en la teoría crítica feminista, sigue vigente en el contrato social. Lo cual también determina una práctica arquitectónica fálica, normalizada y extendida dentro del Estado-Nación articulado por lógicas del macho-progreso.
Por ello planteamos abrir el debate sobre: ¿cómo serían las prácticas arquitectónicas, no-fálicas, que no representen la acumulación de capital, sino que estén proyectadas desde cuerpos sostenedores de criaturas y cuerpos que desarrollan sus fuerzas reproductivas fuera de los fantasmas edípicos? ¿Cómo sigue afectando este falo-psico-constructo al desplazamiento de las culturas constructivas tradicionales con el consecuente deterioro de las arquitecturas vernaculares? ¿No será está fuerza competitiva tuerta y altanera la que ha movilizado a la arquitectura como marioneta y reflejo de la acumulación de capital, desvistiendo las envolventes materiales que nos cuidan y conforman nuestros hogares humanos y amorosos?
Debate 2
12.10.22
¿Podemos proyectar desde la escala de lo vivo en negociación con las fuerzas vivas, que atraviesan como cuerpos finitos necesitados de cuidados que enferman y van a morir?
Suscrito al territorio “la arquitectura como cobijo y habitación de lo que vive y muere, buscando sintonizarla con nuestra efímera humanidad”.
Modera
Luisa Fuentes Guaza (Investigadora independiente Futuridades Maternales, Madrid, España)
Colectivos de arquitectura y urbanismo feminista invitadxs
Ciudad de Trapo – Santiago de Chile (Chile) con las arquitectas, Camila Barreau Daly y Paloma Mateo
dLAV – Pamplona/Alicante/Menorca (España) con las arquitectas Cristina Platero, Paula Júfer y Ana Enguita + Alexia Canto (socióloga en urbanismo con perspectiva de género)
Planteamiento
El reconocimiento de nuestra finitud y de nuestra insignificancia como individuos en el cuerpo-viviente-naturaleza es algo que ha sido negado por el falo-patriarcado, ellos no quieren desaparecer, quieren seguir estando y ejerciendo poder desde los edificios que dejan erigidos, desde las estatuas, desde sus nombres en nuestra historia, desde sus apellidos. La arquitectura como cobijo y expresión de nuestro habitar, de nuestras vidas, podría también tener un tiempo, pensarse desde este tiempo finito (que es así en la práctica), saber que va a desaparecer. Si así fuese, utilizaríamos materiales que se bio-degraden, que vuelvan a la tierra. Usaríamos además el mínimo de materiales que nos permitan vivir felices, así ahorraríamos en mano de obra (no tendríamos que tener humanos esclavos por años construyendo edificios) y en presupuesto, lo que permitiría distribuir mejor los recursos y disminuir las diferencias abismales que tiende a producir el capitalismo patriarcal. Tendríamos tiempo para preocuparnos cotidianamente de los detalles.
Planteamos unas prácticas desde la escala de los cuerpos vivos en negociación con las fuerzas vivas como cuerpo finitos que van a enfermar y morir, y que a su vez van a estar necesitados de cuidados de otros cuerpos, donde no se invisibilice la extenuación de los cuerpos que cuidan, como cuerpos que sí se asumen el límite psicofísico en diálogo con ejes biográficos y paisajes concretos.
Con ello ser parte del proceso de desarticulación del “cuerpo universal”, como cuerpo ficticio en el que se ha basado la blanco-modernidad primermundista, que vive desde la negación del límite corporal, desde la negación de ser un cuerpo que va a morir. No reconociendo la interdependencia con las fuerzas de lo vivo y, también, su responsabilidad respecto a que otros cuerpos tengan vidas dignas. Cancelando las condiciones de vivilidad que necesitan los cuerpos que cuidan y los cuerpos que necesitan ser cuidados.
Por lo tanto planteamos abrir el debate sobre si: ¿Podemos plantear unas prácticas, fuera del eje falo-patercentrado desde ese cuerpo ficticio universal de la blanco-modernidad primermundista, donde se proyecte a partir del diálogo con las fuerzas vivas con la escala de los cuerpos finitos, enfermos, dependientes y necesitados de cuidados desde ejes biográficos y paisajes concretos?
Debate 3
16.11.22
¿Cómo articulamos espacialmente las necesidades propias al territorio de lo íntimo, el cual socio-históricamente está ubicado en el “hogar” o mal llamado espacio “doméstico”, con la politización pendiente de todos los trabajos de cuidados no-nombrados que se acumulan en estos espacios, como centro de trabajo o unidad productiva de mantenimiento de los cuerpos vivos?
Suscrito al territorio “la arquitectura como reflejo de una organización política de la vida, donde lo íntimo yace oculto y desvalorizado”.
Moderadora
Camila Barreau Daly (Ciudad de Trapo, arquitecta feminista, Santiago de Chile, Chile) + Luisa Fuentes Guaza (Investigadora independiente, Futuridades Maternales, Madrid, España)
Invitadxs
Rebeca Silva Roquefort (Diseñadora + Académica INVI Facultad de Arquitectura y Urbanismo Universidad de Chile)
María Langarita (Arquitecta + académica ETSAM, Madrid, España)
Irati Mogollón (Socióloga feminista + experta en cuidados/arquitectura, Madrid/País Vasco, España)
Estelí Slachevsky Aguilera (Arquitecta, Chile)
Planteamiento
Partimos de una asimilación del «hogar» o espacio «doméstico» como unidad despolitizada, como herencia directa de la cultura blanco-paterfamilias del Código Civil Romano, el cual vértebra la organización social de la cultura del Estado-Nación primermundista, donde se asume éste espacio como territorio “privado” librado a sí mismo -cuyos ejes coinciden con el anarkocapitalismo.
Como consecuencia directa todos los trabajos, actividades y repeticiones que sostienen las vidas de los cuerpos vinculados a tales espacios, toda la diversidad de trabajos que ahí se acumulan, sufren la negación perpetúa de no poder ser narrados, ni cuantificados, y por lo tanto, los cuerpos que los asumen, son excluidos del relato oficial, y de los parámetros del salario digno. Continuidad sostenida por las tinieblas sistémica del macho-lío-patriarcal, a su vez por toda la madeja de narrativas de romantización (sumisión) del formato hetero-nuclear.
Planteamos cómo esta politización pendiente, en la que se revelen todos las vulneraciones a derechos fundamentales que suceden en el «hogar» o espacio «doméstico», sea ubicada en la centralidad de la urgencia social, en diálogo con la articulación de los espacios necesarios para vivir la corpo-intimidad e intimidad de la unidad familiar, superando las obligatoriedad consanguíneas.
Abriendo una problemática, que subyace en todo este proceso, de cómo la organización espacial de lo íntimo afecta a las dinámica psico-afectivas y afectivo-sexuales de los cuerpos convenientes en dichos espacios, lo cual genera una compleja trama de violencias afectivas, exigencias pater-centradas y coito-centrista, que convive con residuos psíquicos de sumisión, todavía instalados en el “hogar” o espacio “doméstico”.
¿Es realmente el “hogar” o espacio “doméstico” un lugar posible para la intimidad de los cuerpos que cuidamos a otros cuerpos sin necesidad de estar atravesado por obligatoriedades psico-afectivas y afectivo-sexuales? ¿O es realmente el espacio para otres, donde las mujeres no encontramos cabida más que como prestadoras de servicios de limpieza, de cuidado y sexuales? ¿Cómo sería una arquitectura que diera lugar a un hogar no producido sólo desde nosotras, que albergue placeres y plasme deseos de todes sus integrantes y que permita romper con la estructura explotadora patriarcal que convierte a nuestros hogares en cautiverios femeninos (Marcela Lagarde)?
Plataformas aliadxs
Ciudad de Trapo Santiago de Chile (Chile)
Organización no gubernamental (ONG) Colectiva que busca desarrollar acciones para promover el cuidado y la mirada del feminismo en la construcción del hábitat.
Mamá Urbana – Colectiva feminista en busca de espacios posibles para el cuidado en la ciudad Guadalajara/Jalisco (México)
Red de mamás que caminan la ciudad buscando revertir nuestras ciudades desiertas de infancia en entornos llenos de patines, pelotas y vida.
Futuridades Maternales – Centro hacedor de futuridades maternales Madrid (España)
Plataforma investigación, reflexión y crítica sobre todas las cuestiones inconclusas, no-resueltas y no-nombradas que atraviesan a la reproducción social desde epistemologías feministas no-hegemónicas sobre todo lo propio a la reproducción social, trabajos maternos y cuidados.
Museo de las Mujeres de Costa Rica San José (Costa Rica)
Referente formador de la pedagogía feminista en Latinoamérica mediante la visibilización de exposiciones virtuales de las artistas en el sitio web del museo y visitas pedagógicas en su sede, la organización de cursos, talleres y festivales que pueden ser compartidos con otras instituciones similares del país o del extranjero.
Crac Valparaíso Valparaíso (Chile)
Plataforma de investigación colectiva y proceso de polifonías transversales que trabaja de manera situada desde la ciudad de Valparaíso. Con investigación-acción, pedagogías críticas, residencias artísticas y arquitectura radical, proponemos un entrelazamiento crítico con la producción de subjetividad en la esfera pública, la ciudad y el territorio como red de conexiones y asociaciones de experiencias sociales.
Entrevistas a arquitectas feministas sobre el proceso de despatriarcalizar las prácticas arquitectónicas:
https://futuridadesmaternales.net/category/arquitectura-de-cuidados/
Como parte del intercambio entre DISIDENTA y Plataforma Caníbal, la maestra, bailarina y gestora cultural Martha Ibáñez y al maestro en arte dramático y actor Hernán Amador realizaron una residencia de investigación en la Ciudad de México en mayo de 2023.
Plataforma Caníbal
Barranquilla, Colombia
Plataforma Caníbal es una organización sin fines de lucro con fines sociales y culturales, que promueve el arte contemporáneo y las prácticas creativas comunitarias en el contexto del Caribe Colombiano. Se encuentra en Barrio Abajo de la ciudad de Barranquilla desde el año 2013. Su espacio funciona como residencia de artistas, proyecto curatorial y laboratorio de comunidades creativas. Trabaja de la mano de artistas, gestores y comunidades locales en el desarrollo de programas autónomos que le apuestan al fortalecimiento de la educación, producción y circulación del arte regional a nivel internacional.
Caníbal es considerado uno de los espacios de apoyo a las artes visuales más dinámicos en el ámbito cultural del Caribe. En 2018, obtuvo la beca distrital de espacios independientes, Alcaldía Distrital de Barranquilla. En 2019, la beca nacional de espacios independientes, Ministerio de Cultura de Colombia. Colabora de manera activa con procesos investigativos, formativos y comunitarios con otras instituciones en América Latina, Europa y el Caribe. Ha participado de importantes escenarios internacionales del arte contemporáneo como: La 31º Bienal de Sao Paulo y X Bienal de Mercosur, en Brasil, Documenta 14 en Alemania/Grecia, La XIII Bienal de La Habana en Cuba, 45 SNA, Colombia, Sitac- Pac en México, Art Lima en Perú, Este Arte en Uruguay, entre otros.
Los programas que ocupan el interés de su gestión son: programa de exposiciones, radio y cine comunitario, biblioteca doméstica, estudios para artistas, programa de acompañamiento curatorial, residencias e intercambios para artistas, programa de becas, laboratorio de pensamiento creativo, encuentros comunitarios, espacio de músicas alternativas, investigaciones y publicaciones sobre el arte caribeño, entre otras iniciativas que responden a las necesidades del medio artístico de la región.